Parroquia de los Sagrados Corazones

PARROQUIA DE LOS SAGRADOS CORAZONES

PARROQUIA DE LOS SAGRADOS CORAZONES

 

Esta parroquia fue la única y primitiva Iglesia Parroquial que hubo en San Juan hasta el 24 de junio de 1929, día en el que el Cardenal Eustaquio Illundain y Esteban bendijo la Iglesia de San Juan Bautista.

    Se encuentra en el cerro de los Sagrados Corazones. Fue construida sobre lo que se cree que fue el palacio de Hins al Faray y es anexa al convento de la orden tercera, fundada en el 1400. Se acordó el traslado de los franciscanos a San Juan como lo señalan las actas de la época. Fue habitado por estos monjes hasta la desamortización de Mendizábal en 1836.

    La salida de los moriscos de la zona después de la Conquista de Fernando III, dejó despobladas las tierras de Aljarafe y el rey encomendó todo el territorio a la Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén para que administraran estas tierras. Fue un fracaso de la Orden y los terrenos fueron ofrecidos al Cabildo de Sevilla por Alfonso X. Es de este momento la construcción de la Iglesia y el convento y también el inicio de la repoblación.

    Su actual construcción data del siglo XVII y ha sufrido grandes transformaciones. Terminado en 1708, el templo tiene planta de cruz latina y presenta cuatro tramos, capilla Mayor cuadrada y crucero de bóveda vaída sostenida por arcos fajones. Su crucero está cubierto por cúpula de media naranja decorada por los escudos nobiliarios de una familia vasca, los Legórburu.

    En los siglos XVIII y XIX se le incorporan otras dependencias como la Capilla Panteón de don José Gómez, así como la Sacristía. A la parte izquierda del pie de la iglesia se agregó la Capilla bautismal, conocida hoy como la del Santísimo.

    La nave central tiene 31 metros de longitud por 10 de ancho y 16 por 8 en la zona del crucero. La única portada se sitúa en la fachada, a pie del templo, bajo un dintel y junto a ella hay una sencilla torre con campanario.

    El Altar Mayor está dedicado a los Santos Juanes. Está documentado que  desde el Arzobispado de Sevilla se encarga en Septiembre de 1634 un retablo para el Altar Mayor de la Iglesia de San Juan de la Palma, en la capital sevillana, a Miguel Cano la estructura, la escultura a su hijo Alfonso y las pinturas a Juan del Castillo. El dorado y estofado es de Juan Rivas, que retomó y acabó el trabajo de de Juan del Castillo a su fallecimiento. El retablo está formado por banco, dos cuerpos de tres calles separadas por columnas corintias y ático, estando fechada su entrega en 1639. Las pinturas representan escenas de la vida de San Juan Bautista. Han sido restauradas entre los años 2000 y 2004 por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. En la calle central, sobre el camarín, figura el Nacimiento de San Juan Bautista; en la calle de la derecha, San Juan Evangelista en Patmos; en la calle izquierda el Bautismo de Cristo y la Predicación del Bautista. En el camarín central se veneró una escultura del Bautista de Alonso Cano, que desde hace años figura como pieza en la colección de la familia Güell de Barcelona. En este lugar se encuentra una copia de la imagen de la Virgen Reparadora, copia de la que hay en un convento de esta Orden en Jerez de la Frontera. Cano utilizó fustes melcochados y guirnaldas de frutas y flores. En 1639, se le agregó sobre el camarín una cabeza de Juan Bautista sostenida en un plato por ángeles, obra de Agustín Muñoz. Fue trasladado desde San Juan de la Palma sobre 1710 hasta la Parroquia de San Juan de Aznalfarache.

    La zona izquierda del crucero es ocupada por un retablo que preside la Inmaculada, y en los laterales imágenes de Santa Rosa de Lima y Santa Bárbara. La parte de arriba de este altar, está coronada por un relieve de la Última Cena. Fue realizado sobre 1700. Junto al mismo, un lienzo que representa a San Pedro y es obra original de Pablo Legot.

    En la zona derecha del crucero hay un retablo parecido en cuanto a su estructura, con una dolorosa, detalla en su hornacina central. La corona un relieve del Descendimiento.

    Lucen en otros laterales altares dedicados a San Antonio de Padua y otro dedicado a San José. Otros altares tienen lienzos de gran tamaño como el que representa a la Sagrada Familia con San Juanito, de finales del siglo XVII. Una copia de Murillo del siglo XIX representando a San Francisco abrazado al Cristo en la Cruz. En el año 1930, el Cardenal  Illundain, en calidad de depósito y pertenecientes al Palacio Arzobispal, trajo varias obras que enriquecieron aún más el patrimonio.

    De estilo neomudéjar y con planta rectangular, la sacristía está dividida en dos tramos por medio de un arco polilobulado que se apoya sobre capiteles de avispero sobre dos columnas de mármol. Un retablo de estilo neogótico de la Virgen con el Niño u Ángeles, preside el recinto. De tipo califal son las bóvedas de nervadura de las cubiertas. Por las dependencias del Templo destacan muchas pinturas realizadas entre los siglos XVI y XVIII, de temas místicos.